El síndrome del comedor nocturno es muy difícil de diagnosticar, ya que no es muy conocido y suele confundir con otros trastornos alimenticios, o bien no se presta atención ya que físicamente no deteriora a la persona.
Afortunadamente esta enfermedad tiene cura. Pero requiere la intervención de un psicólogo y un nutricionista. Los que deberán trabajar en paralelo, para hallar las causas que arrastran a la persona a no poder contener su ansiedad y descargarla haciéndose daño.
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